jueves, 9 de agosto de 2007

Ayer mismo, sin ir más lejos: unas voces a lo lejos hablan, y no murmuran sino que gritan, de pura camaradería, de broma jocosa, llenas de complicidad. Pues hablan de cosas que alcanzan a los otros que allí estamos. Y conviene hacer oidos sordos, porque la vida entera es así.

Desde un rincón, con la mirada perdida perforando el suelo e incapaz de retornar con rapidez, pienso en cómo son preferidos los personajes, unos por encima de otros. Y pienso que tengo uno de los peores personajes que se pueden repartir en la vida. En fin, para qué explicar cosas de uno mismo. Lo que queda claro es cómo prefieren los otros a la gente para contratarlos en trabajos, para salir como amigos... y los quieren dicharacheros, de broma superficial fácil, jajajeador de todas sus chanzas, de estos que hasta cuentan chistes y ellos mismos se ríen más de lo que nos reímos otros (y a menudo lo hacemos por una cortesía que ellos nunca tendrían)...

En fin, un héroe es alguien que siempre está detrás de la vida, corriendo una carrera de fondo, mientras los demás le cuentan sus llegadas a meta y le recomiendan qué debería haber hecho, sin conocer el tiempo ni el empeño que lleva, desde que salío a la carrera algunas décadas atrás.

Seguro que tú también puedes ser este héroe.